Mi alma... mi vida....
Mi alma, que cual esponja absorbe gradualmente mi dolor
Ha llegado a su límite y doblada dejada en estupor.
Esa sobrecarga de pena no respeta ni tiempo ni lugar
Niña sumisa y permisible, vuelve a mí, vuélveme a amar.
¿Porque cuando parece que he soportado tu adiós vuelve a mi tu recuerdo?
Vuelve desangrando la herida que empezaba a cerrarse
Has provocado que le tenga pavor a las noches
Y que cada segundo sin ti duela como dolió el día que me dejaste.
Una descarga de lágrimas que parece infinita,
Infinita como el amor que te puedo tener.
Esa duda que en lo profundo se clavó…esa espiníta.
Que al creerte de alguien más no me deja esclarecer.
Esa espinita que socava poco a poco,
lo que de ti aún hay en mi ser
que abate este corazón maltrecho
como la luna al día hasta que lo hace perecer.
Esta costumbre de no poder tus fotos dejar de mirar,
¿Por qué no me matas y terminas con este pesar?
¿Porque soy incapaz de aprenderte a olvidar?
Como así tú a mí, ya me dejaste pasar.
Ese cuerpo que parecía esculpido para mi,
esa boca que emanaba amor y nada mas
Se tornaron en causas de sufrir y de llorar.
En esa falta de motivo para seguir y volver a amar.
Es la esencia que dejaste y en mi piel lograste impregnar
Lo que me cuestiona si algún día te dejare de amar
Si algún día de estos se apagará este ardor
que como hojarasca seca arde en mi interior.
Víctima de mi soberbia me escondo para no mostrar
que ese calculador y frío hombre no existe si tu no estás.
Que mi razón te prefirió a ti para estar
Y me dejó abandonado solo sin poder pensar.
Esas tardes y esas piernas, que juntas solo daban placer
Para entre besos y abrazos hacernos un solo ser
Esos y tantos momentos que desde tu adiós
Se quedaron ocultos todos bajo mi piel.
Irreverente y benevolente, mordaz y sarcástico
Desde aquel domingo solo yazgo en desdicha
No sé si eres justa o apelas a mis culpas
Pero si tienes razón que la tormenta sacuda sobre mí su ira.
Esos otoños que vestían los jardines multicolores,
Esos inviernos que olían a tiempos mejores,
Esas primaveras llenas de alegría y romance
Y esos veranos calurosos que en mi dejaste.
Me pregunto si ¿nos volverán a sonreír?
Si nos verán más años de la mano pasar
Y nos saludaran siendo testigos de nuestro querer
Como por casi cuatro años lo hicimos amándonos sin parar.
Naufrago de este océano forjado por mi propio llorar
Víctima de ese amor tuyo que no supe valorar
No duermo, no pienso y no sé si volverán
Aquellas noches que tu cuerpo en mis brazos solía descansar.
No sé si la mujer que amo sigue dentro de ti
No sé si algún día volverá a renacer
Pero confío que estas líneas te hagan entender
Que si me lo pides, podríamos juntos envejecer.
Luis Alberto Orgaz Vera
(octubre, 2009)
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