Reflexión no. 3 (Sueños)
Ayer cometí el error de ir a dormir con los audífonos puestos
y al poco tiempo el sueño me venció...
De repente, muy entrada la madrugada, sopló el viento y me despertó
y ahí estabas... y ahí estaba yo...
estábamos en medio de mi sueño y de mi realidad
acompañados de violines y al poco tiempo de Chopin...
estábamos intoxicados de nuestro aroma, de nuestros besos
intoxicados de nosotros...
nos veíamos y el tiempo se congelaba, no existía nada
excepto nuestro aliento, temblábamos....
tus ojos se perdían en los míos y los míos en los tuyos
formando una cadena interminable de imágenes...
mis ojos en los tuyos y en ellos mi reflejo mirándote,
e inmerso en mi reflejo, tus ojos mirándome ...
mirándonos....
mirándonos como el que sabe que después de mirar quedará ciego,
examinándonos, tratando de explicar que es lo que nos hace
amar como nos amamos...
Fueron no más de unos segundos
en lo que se adaptaron a la oscuridad mis ojos...
pensé que el sol pronto reclamaría el cielo a la luna
y mi instante de ti terminaría...
me despojé de los audífonos, pretendiendo con eso
despojarme de lo que mantenía mi realidad unida a mi sueño
pero fue inútil...para entonces mi almohada ya olía a ti
y mi alma se había fundido con la tuya.....
al despertar me di cuenta que soñarte
es lo más profundo y mejor que me puede pasar
y que lo peor es soñarte y sin ti despertar...
Luis Alberto Orgaz Vera
(Junio, 2011)
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