(para ti Diana, que me
has hecho volver a suspirar)
Porque sólo tú y yo
sabemos lo que sentimos
no hay nada que ocultar,
nada que fingir;
mucho menos que explicar.
Porque sólo tú y yo
sabemos cuánto pedimos
el poder juntos estar,
el roce de nuestros labios
el podernos abrazar.
Porque sólo tu y yo
sabemos lo que sentimos
en nuestra forma de mirar,
en nuestro simple reír;
en el mínimo suspirar.
Porque sólo tu y yo
sabemos lo que es
sabernos nuestros.
saber que nos hace felices
nuestra mutua felicidad.
Luis Alberto Orgaz Vera
(Marzo, 2011)
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